Una bomba centrífuga es un dispositivo mecánico que transfiere líquido forzándolo a través de un embudo curvo. Se utiliza para una variedad de aplicaciones. Estos incluyen la transferencia de productos lácteos, derivados del petróleo y sistemas de refrigeración y calefacción.
Las bombas centrífugas suelen ser diseños de una sola etapa. El motor hace girar el impulsor, que imparte velocidad al líquido. Esta energía luego se transfiere al cabezal de la bomba. Dependiendo de la aplicación, la velocidad del eje se puede modificar para aumentar o disminuir la presión. Las velocidades típicas de la bomba son 1750 RPM y 3500 RPM. Sin embargo, algunas bombas centrífugas están diseñadas para funcionar a velocidades más bajas.
Las bombas están hechas de varios componentes diferentes, incluida la voluta, la carcasa y el impulsor. La voluta y la carcasa generalmente están desplazadas para permitir que el fluido fluya a través de ellas de manera constante y controlada.
El tubo de succión lleva el líquido al impulsor. En algunas bombas centrífugas, la tubería de succión consta de una válvula de pie, que se abre hacia arriba. Cuando la válvula de pie está cerrada, el líquido fluye en dirección radial hacia abajo. Otro tipo de tubería de succión tiene un filtro que filtra las partículas no deseadas del agua.
El impulsor es un elemento giratorio de un bomba centrífuga . Por lo general, se intercala entre dos discos. A medida que gira el impulsor, las paletas se ven obligadas a girar, moviendo el líquido bombeado. La fuerza resultante produce un flujo radial hacia afuera.
Las bombas centrífugas pueden operar contra una válvula cerrada por períodos cortos sin sufrir daños. Esto se debe al hecho de que no hay sellos de transmisión, lo que elimina la posibilidad de pérdidas por fricción y desgaste. También hay una serie de industrias, incluida la petroquímica, que utilizan bombas centrífugas para bombear refrigerantes. A pesar de la versatilidad y eficiencia de la tecnología, estas bombas no siempre son las más económicas.
La densidad específica del fluido de trabajo juega un papel crucial en la determinación de la cantidad de potencia de entrada requerida para bombear el líquido. Los fluidos que tienen una alta densidad requieren más potencia para bombear. Si la bomba no puede manejar el fluido, puede ocurrir cavitación. Afortunadamente, hay muchos tipos diferentes de bombas centrífugas disponibles. Muchos fabricantes ofrecen bombas centrífugas de diseño personalizado. Son fáciles de instalar y se pueden utilizar para una variedad de aplicaciones.
El impulsor de una bomba centrífuga es una parte clave del diseño. Cuando gira, el fluido se acelera a través de las paletas, lo que aumenta sus velocidades. Esto da como resultado un aumento de presión en la salida. En comparación con otras tecnologías de bombas, esta tecnología requiere menos mantenimiento.
Si bien las bombas centrífugas son capaces de suministrar volúmenes precisos de líquido, no pueden bombear aire ni vapores. En consecuencia, no son adecuados para aplicaciones que requieren una gran cantidad de vacío. Además, no son ideales para bombear fluidos sensibles al cizallamiento. Para evitar posibles problemas, asegúrese de elegir una bomba que sea compatible con el uso previsto.